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CAPÍTULO 4

GOLFOS Y BAHÍAS DEL
P
ACÍFICO COLOMBIANO

 

Golfo de Cupica y bahía de Humboldt o Coredó

La costa más septentrional del departamento del Chocó y por ende de la costa Pacífica colombiana, se caracteriza por tener mayores sinuosidades que las del resto de los departamentos costeros. En esta zona se encuentra el golfo de Cupica, que desde punta San Francisco Solano hasta cabo Marzo, encierra en su interior las bahías de Solano, Nabugá, Tebada, Chirichirí, Cupica y Octavia, a pesar de que a esta última muchos especialistas la catalogan como un encerramiento independiente, tal y como ocurre con la bahía de Humboltd o Coredó.

Este complejo morfológico litoral tiene una extensión aproximada de 100.000 hay está ubicado entre los 77° 31’ de longitud oeste y los 6° 41’ de latitud norte, en el extremo de San Francisco Solano al sur del golfo y los 77° 49’ de longitud oeste y los 6° 52’ de latitud norte en cabo Marzo.

GEOMORFOLOGÍA

El Pacífico colombiano, desde la frontera con Panamá hasta el sur de cabo Corrientes, presenta una costa alta y montañosa que corresponde a la serranía Baudó–Los Saltos y que se extiende sobre una longitud de 375 km; sus elevaciones varían entre los 600 y los 1.500 msnm. Geomorfológicamente la serranía se originó en el Terciario Inferior y Superior, hace más o menos 60 a 25 millones de años y se caracteriza por tener un cobertura vegetal densa con pendientes fuertes, sobre todo en las cabeceras de los ríos; hacia el borde occidental es común encontrar colinas con cimas planas.

El frente montañoso que se eleva abruptamente desde el mar, genera una costa rocosa empinada con predominio de acantilados que se entremezclan con depósitos aluviales, playas y zonas de manglar. En un alto porcentaje los acantilados están formados por rocas ígneas compuestas por basaltos, diabasas, andesitas y rocas sedimentarias, integradas por arcillolitas y limolitas con intercalaciones de calizas.

Los acantilados, la formación más extensa y generalizada del golfo de Cupica y de las bahías subsiguientes hacia la frontera con Panamá, presentan una longitud de aproximadamente 200 km, con alturas que oscilan entre 10 y 300 msnm. En algunos sectores, sin embargo, se encuentran sitios de forma dentada, con suaves bahías o ensenadas y éstas se combinan con tramos costeros rectilíneos; sobresalen, de norte a sur, los cabos Marzo, Cupica, punta Nabugá y punta San Francisco Solano, en los que se pueden observar, asociados a los bordes rocosos, arcos de piedra, cavernas y remates de roca aislados a manera de pequeñas islas. Estas geoformas se producen por la influencia de las olas sobre segmentos de roca que muestran zonas débiles.

Se destaca la presencia de plataformas de abrasión —prominencias rocosas horizontales ubicadas en el litoral—, que fueron modeladas por el mar cuando su nivel coincidía con el nivel superior de estas geoformas; se encuentran especialmente en bahía Solano, bahía de Humboldt, bahía Aguacate y bahía Cupica.

ÁREA MARÍTIMA Y LITORAL

Las playas de ensenada o bahías se encuentran bordeando zonas internas y formando arcos; al descender la marea llegan a tener hasta 150 a 200 m de ancho. Dentro de este tipo de playas se destacan las de bahía Solano, Ardita, Coredó, Aguacate, Nabugá y Guaca. Aunque estas playas se encuentran en zonas protegidas, en ellas se presentan procesos severos de erosión, con su consiguiente reducción de tamaño.

Las playas longitudinales externas siguen tramos rectilíneos bajos de la costa; en general se asocian a espigas o barras de arena y a antiguos depósitos de playa. Al igual que las ensenadas, presentan una amplitud considerable —150 a 200 m— en baja marea y están compuestas de arena fina con algunas variaciones muy locales de arena media y gruesa. Las playas más importantes de configuración rectilínea aparecen desde Coredó hasta Ardita, cerca a la frontera con Panamá. Otras playas no menos importantes de este tipo son las de Almejal y Cuevitas, adyacentes a la población de El Valle, al sur de bahía Solano.

VEGETACIÓN

La región que comprende el golfo y las bahías adyacentes de Coredó, se encuentra localizada dentro de la provincia biogeográfica del Choco–Magdalena, especialmente en los distritos Juradó-Cupica y bahía Solano–Tribugá.

El distrito Juradó–Cupica se extiende a lo largo de la planicie costera del litoral Pacífico, desde el golfo de San Miguel —Panamá—, hasta el sector de la bahía de Cupica. Existen indicios de que durante el período Wisconsiniano —hace 80.000 a 7.000 años—, este distrito se extendía hacia el norte por lo menos hasta el centro de Panamá y formaba una unidad de sabanas y bosques secos que hacían parte del refugio denominado corredor árido del Pacífico, el cual afectó probablemente el distrito Utría y a expensas de la regresión marina, formó una estrecha franja que se prolongó hacia el sur hasta el Ecuador. Actualmente se conocen para este distrito 806 especies de plantas, 172 de mamíferos, 301 de aves, 25 de reptiles y 26 de anfibios.

El distrito Bahía Solano-Tribugá se prolonga al sur de la bahía de Cupica, sigue hacia el sur por la ladera occidental de la serranía del Baudó, pasa por bahía Solano, golfo de Tribugá, cabo Marzo y llega hasta la margen derecha del río Baudó; también formó parte del corredor árido del Pacífico y su diversidad actual conocida comprende 1.077 especies de plantas, 157 de mamíferos, 303 de aves, 68 de reptiles, 42 de anfibios y 120 de peces.

FAUNA

Esta región presenció el principal intercambio genético entre Norte y Suramérica, cuando se unieron los dos continentes a través del istmo de Panamá.

La evolución de los mamíferos se inició con la invasión, durante el Paleoceno temprano o Cretáceo tardío, hace 70 millones de años, de los marsupiales, representados actualmente por las chuchas, la chucha de agua y de los edentados, como el oso hormiguero palmero, el oso hormiguero, el osito trueno y la gran bestia, cuyo nombre vulgar alude a la creencia popular de que, a pesar de su pequeño tamaño, no se puede encerrar porque siempre se fuga; los perezosos son comunes en las zonas de bosques ribereños y de transición, así como los carnívoros de gran tamaño, como el tigre mariposo, el puma, la nutria y los perritos venaderos.

Este sector del Pacífico colombiano es reconocido a nivel mundial, conjuntamente con la serranía del Darién, por poseer los registros más altos de reptiles en el mundo, posiblemente debido a las condiciones de humedad. Entre las serpientes de la zona hay muchas inofensivas como los bejucos, sapas, matacaballos y varias especies de boas. Pero también abundan serpientes venenosas como la taya equis, la patoquilla real, el birrí, la pudridora o verrugosa y las corales. Se encuentran varias especies de gecos, salamanquejas e iguanas.

Los variados ambientes y hábitats de la región han favorecido la coexistencia de muchas especies. La diversidad de batracios es inmensa; sobresalen las ranas arlequines, que se observan regularmente de día caminando entre la hojarasca, muy cerca a las cañadas; comparten también este microhábitat las ranas punta de flecha o dendrobatidos, especies sumamente venenosas y de colores muy vivos; las ranas arborícolas de brillante colorido y formas abizarradas, se pueden ver durante noche sobre los pecíolos de los arbustos en inmediaciones de las quebradas.

Regularmente arriban a las costas serpientes marinas venenosas, así como varias especies de tortugas marinas; en los meses de agosto a noviembre emergen a desovar en las playas de San Pichí, Blanca y Guachalito las tortugas caguama, carey y galápago, así como la tortuga prieta del Pacífico.

POBLACIÓN

Este fue probablemente el lugar por donde ingresaron los primeros pobladores al continente suramericano. Desde hace siglos la zona ha estado habitada por comunidades kunas, que se desplazaron hacia el norte debido a la llegada de los embera, tribu que hoy se encuentra en las partes altas de las cuencas del golfo de Tribugá y Cupica, en especial en el río Atrato, al otro lado del divorcio de aguas de la serranía del Baudó.

Desde el siglo XVI la fiebre del oro impulsó a los españoles a establecerse en el Chocó, especialmente en los flancos occidentales del Atrato y en los orientales del San Juan. Pese a los reiterados esfuerzos por someter a los indígenas para trabajar en minería, nunca lo lograron; muchos se refugiaron en sitios apartados, donde practican desde entonces modelos adaptativos muy eficientes para subsistir en el medio selvático.

Los primeros pobladores negros que llegaron a la región procedían del Atrato, el Baudó y el San Juan; arribaron a finales del siglo XIX y principios del XX, atraídos por la explotación del caucho, la tagua y por la disponibilidad de tierras agrícolas. La mayoría utilizó los caminos indígenas que atraviesan la serranía del Baudó y se ubicaron a lo largo del golfo de Tribugá y Cupica, especialmente en los poblados de bahía Solano, Mecana, Nabugá, Cupica, Aguacate, Corredó, Juradó y Curriche.

El desarrollo de la agricultura en el Pacífico ha sido incipiente por las condiciones climáticas y edáficas y por la escasa infraestructura para comercializar la producción; en todo el litoral se practica una agricultura de subsistencia combinada con cultivos comerciales como el coco, el cacao, el arroz y otros productos como el borojó, el chontaduro y los palmitos, que son la base de los pequeños cultivos del litoral. Las actividades agrícolas se combinan con la pecuaria en zonas muy delimitadas y en la actualidad, las forestal y pesquera constituyen las fuentes más importantes de empleo.

Golfo de Tribugá

De cabo Corrientes hacia el norte, entre punta Arusí y punta San Francisco Solano, se encuentra el golfo de Tribugá, el más amplio, extenso y menos escotado de todos los golfos del país. Esta geoforma presenta en su interior una serie de accidentes geográficos de gran interés, como las ensenadas de Arusí, Coquí, Tribugá y Utría —declarada Parque Nacional Natural en 1987— y la desembocadura del río Valle, todos enmarcados por la serranía del Baudó, cadena montañosa paralela a la cordillera Occidental y al litoral, que además de servirles como telón de fondo, se convierte en una barrera que captura la mayoría de los eventos climáticos con influencia del océano Pacífico.

El extremo austral del golfo está localizado sobre los 77° 28’ de longitud oeste y lo 5° 53’ de latitud norte, mientras que su punto más septentrional está a los 6° 11' de latitud norte y 77° 09' de longitud oeste; su extensión aproximada es de 103.110 ha.

GEOMORFOLOGÍA

El golfo se formó por actividad volcánica y sedimentaria durante el período Terciario, entre el Eoceno-Oligoceno —70 a 25 millones de años—, momento que coincide con la formación de una gran parte de la línea costera Pacífica y con el establecimiento del archipiélago que unió a Alaska y a Siberia; en el extremo noroccidental del golfo se encuentran batolitos y plutones de ese período. Las estribaciones orientales de la serranía del Baudó corresponden a una formación Terciaria de sedimentos marinos no consolidados, que se localizan a gran profundidad y tienen espesores hasta de 4.000 m.

Las características morfológicas predominantes de la zona son, la profunda disección de las formas, la abundancia de las fallas y el fuerte plegamiento de las estructuras sedimentarias. Las montañas de la serranía presentan fuertes descensos con pendientes cóncavas que sugieren un movimiento en masa del suelo. La mayor parte de los suelos son de relieve escarpado a quebrado, poco evolucionados, superficiales y altamente susceptibles a la erosión, aunque algunas cicatrices sobre arcillas rojas, que evidencian sus efectos, desaparecen gracias al rápido crecimiento de la vegetación. Estos suelos se han desarrollado a partir de lititas, areniscas y conglomerados calcáreos.

CLIMA

Las temperaturas medias anuales a nivel del mar alcanzan los 28 °C y la humedad relativa 80 a 95%. La precipitación pluvial en la zona costera, que según el registro de los dos últimos años, es cercana a los 10.000 mm, aumenta hacia el oriente, en las estribaciones de la serranía del Baudó. El clima puede considerarse superhúmedo, isomegatérmico, con nieblas frecuentes en la serranía y con más de 300 días lluviosos en el año.

La zona costera tiene una gran influencia de la serranía Baudó-Los Saltos y muchas de sus características climáticas dependen de su localización dentro de una de las áreas de más baja presión atmosférica del mundo, conocida como concavidad ecuatorial, donde convergen los vientos alisios de cada hemisferio, para formar el denominado cinturón de convergencia intertropical, que produce una humedad y una nubosidad excesiva; las nubes se estrellan permanentemente contra corrientes térmicas cálidas y se precipitan en forma de lluvia, bañando las estribaciones de la serranía del Baudó y las zonas litorales, lo que convierte a esta región en una de las más lluviosas del planeta.

ÁREA MARÍTIMA Y LITORAL

La zona litoral coincide con el arco geotectónico del Baudó que se extiende por el norte hasta Panamá oriental —golfo de San Miguel— y constituye un elemento fundamental para la conformación final de la costa Pacífica del continente suramericano. En esta franja, la plataforma continental es muy estrecha y el talud se precipita rápidamente hacia la fosa generada por los procesos de subducción entre la placa continental y la oceánica. Las ensenadas dentro del golfo corresponden a una megabrecha de hundimiento paralela al arco externo de la serranía, que se manifiesta claramente en la depresión Tribugá–Utría–Bahía Solano.

En el Pacífico colombiano hay una fuerte influencia de las mareas, que tienen una variación hasta de 5 m, con dos pleamares y dos bajamares en un día, lo que genera zonas de mesolitoral muy amplias, tanto en los acantilados como en las playas.

En esta zona se encuentran aguas ricas en nutrientes que afloran gracias a la influencia de la corriente marítima proveniente del sur, lo que atrae una abundante fauna marina; las temperaturas medias de 20,5 °C y salinidad de 33,2 ppm, permiten la existencia de pequeños parches coralinos, especialmente en la ensenada de Utría, donde se desarrollan sobre sustratos someros los arrecifes de La Chola y Diego.

ÁREA TERRESTRE

La cordillera Pacífica presenta una topografía muy accidentada en su porción marina y está contenida dentro de lo que comúnmente se conoce como la cuenca panameña. Las colinas y suelos que llegan hasta el litoral o muy cerca del mar, poseen relieve ondulado o fuertemente ondulado y presentan suelos desarrollados a partir de sedimentos finos cuando son mediana e imperfectamente drenados y suelos similares a los de las playas o barras marinas cuando son mal drenados y se encuentran en las concavidades o sectores entre colinas.

Debido a las pobres condiciones de los suelos, la vegetación depende en gran parte de la biomasa acumulada en los troncos y de la materia orgánica en descomposición; aquí opera, muy seguramente, un ciclo corto de flujo de nutrientes con la participación activa de micorrizas. En la zona de interfaz mar-tierra existen suelos arenosos muy localizados y suelos de manglar.

El patrón de drenaje de sus corrientes es de tipo dendrítico y la principal cuenca hidrográfica es la del río Baudó, que bordea en forma paralela la línea costera del golfo y vierte sus aguas más al sur, entre cabo Corrientes y el Desdentado. Existe una gran cantidad de quebradas y pequeños ríos que como el Nuquí y el Coquí, llegan directamente a las playas del golfo de Tribugá.

VEGETACIÓN

Toda la región del golfo se encuentra en el sector central de la Provincia Biogeográfica del Chocó y comprende principalmente tres biomas: ecosistemas y comunidades marinas de hábitats pelágicos y litorales, con arrecifes coralinos; ecosistemas y comunidades de la interfaz mar-tierra, con asociaciones y consociaciones de manglares, zonas de estuario y deltas, playas arenosas y rocosas, así como acantilados y comunidades y ecosistemas terrestres con bosque bastante heterogéneo de colinas y serranía, con relieve fuerte, que incluye un especial complejo hidrológico de ríos y quebradas. Esto, unido a las características físicas propias del área, determina una alta diversidad faunística y florística, a la vez que una alta productividad biótica.

La zona del andén litoral es muy estrecha en relación con el resto de la costa, debido a la presencia de la serranía que llega hasta el mismo límite de las aguas marinas, pero es de una gran diversidad biótica. El área está compuesta por bosques primarios con una mínima intervención, donde, además de los bosques de manglares, se encuentra una selva húmeda higrofítica del piso térmico cálido que posee elevada diversidad de especies y endemismos. Recientes investigaciones detectaron 220 especies de la familia de las Rubeácea, 202 Melastomatáceas, 147 Fabáceas, 137 Piperáceas, 95 Asteráceas, 90 Gesneriáceas, 85 Aráceas, 82 Ericáceas, 78 Orquideáceas, 76 Solanáceas, 64 Poáceas, 63 Bignoniáceas, 60 Ciperáceas, 60 Arecáceas, 58 Euforbiáceas, 58 Moráceas, 54 Bromeliáceas, 54 Acantáceas, 43 Apocináceas, 39 Anonáceas y 37 Verbenáceas.

Entre el estrato arbóreo de la selva higrofítica se localizan, entre otras, las siguientes especies: abarco, abrojo, aceite maría, aguanoso, aserrín, bijo, caimito, chachajo, ceiba, fresno, jigua, higuerones, matón, pacó, pojoró, sande negro, zanca araña y caoba. Dentro de las palmas del área se halla la palma mil pesos. El mangle rojo se encuentra más cerca a la orilla del mar en sedimentos finos, mientras que el piñuelo, más abundante, se localiza hacia el interior de la zona terrestre, en suelos de granos más gruesos que incluyen arena y grava. Las poblaciones de mangle negro y de mangle blanco son mucho menores y crecen vecinas a los canales o estrechos; el mangle nato se observa muy ocasionalmente, en las márgenes de las corrientes donde hay una menor concentración de sal.

FAUNA

La fauna del andén Pacífico tiene una gran diversidad; en los mares circundantes habitan regularmente varias especies de ballenas de barbas —Misticelos— y ballenas dentadas —Odontocelos—, entre las cuales resaltan la ballena jorobada y el cachalote. Además de la abundante fauna marina, hay peces vistosos como los trompeta, los estandarte y los tamborero y varias especies de tiburón; son relevantes las formaciones coralinas de la entrada de la ensenada de Utría, donde domina el coral ramificado.

En general, se han determinado más de 105 especies de crustáceos decápodos asociados a los diferentes hábitats acuáticos y terrestres; entre los invertebrados se destaca el cangrejo carretero rojo, que se caracteriza por su forma particular de extraer las algas intersticiales, mediante la filtración del material que queda suspendido luego de inyectar chorros de agua en pequeñas bolas de arena y fango que él mismo confecciona. En las quebradas es frecuente encontrar camarones y cangrejos de agua dulce.

La porción terrestre, que incluye parcialmente la serranía del Baudó, tiene importantes elementos faunísticos de gran valor zoogeográfico, por cuanto esta zona se encuentra dentro del corredor del Pacífico, que sirve como puente de intercambio entre elementos de América Central y los típicamente suramericanos. Se destaca la presencia del ratón Orthogeomys sp., especie que forma parte de los denominados roedores fosoriales, cuyos individuos permanecen prácticamente todo el tiempo en galerías subterráneas que pueden cubrir áreas de más de 1.000 m2 y que son excavadas por sus poderosos miembros anteriores y los fuertes incisivos. De acuerdo con muestreos realizados en el área, los murciélagos conforman el grupo con mayor diversidad que existe en el país.

Las aves comprenden el número más considerable de vertebrados del área; evaluaciones recientes no exhaustivas, señalan unas 270 especies con endemismos regionales como la gallineta, el águila harpía y varias especies de garzas.

La herpetofauna es muy rica y variada; se estiman alrededor de 70 especies diferentes, cerca del 10% de los anfibios y reptiles registrados para Colombia. En los estuarios y riachuelos habitan algunas especies de tortugas acuáticas y semiacuáticas como la tortuga bache, la chibigüí, la pecho de carey y el tapaculo; también se encuentra el caimán agujo.

POBLACIÓN

Los vestigios arqueológicos recuperados hasta el momento, constituidos por conjuntos líticos, no están asociados a cerámica o piedra pulimentada; proceden del período Paleoindio-Arcaico y constan de raspadores unifaciales, hojas, choppers y perforadores relacionados con grupos de cazadores y recolectores, muy posiblemente, de hábitos nómadas o itinerantes.

Algunos sectores del golfo forman parte de resguardos indígenas de la etnia embera, que pertenece a la macrofamilia lingüística Chocó; algunos grupos de indígenas organizados en modelos de tipo tribal y localizados sobre las cuencas medias de los ríos que bajan de la serranía, ocasionalmente descienden a la costa a desarrollar actividades de pesca, recolección y caza o a intercambiar y comprar productos en los pueblos del golfo como Caquí, Nuquí, Panguí y Jurubidá.

La gran mayoría de la población está compuesta por afrocolombianos descendientes de los esclavos traídos al país para trabajar las minas, plantaciones y haciendas; actualmente están ubicados en pueblos dentro del golfo, que no sobrepasan los 40.000 habitantes en total.

Por sus características de aislamiento y naturaleza virgen, en el golfo se ha desarrollado una incipiente infraestructua dedicada especialmente al ecoturismo.


Bahía Málaga


La bahía Málaga, localizada a los 77° 21’ de longitud oeste y los 4° 06’ de latitud norte, con una extensión de aproximadamente de 19.167 ha y una profundidad promedio de 25 a 30 m, se encuentra al suroriente del delta del río San Juan, muy próxima a la bahía de Buenaventura; entre ellas sólo hay una escotadura marina denominada ensenada del Tigre que les sirve de interfluvio.

GEOMORFOLOGÍA

La bahía cuenta con cuatro unidades fisiográficas: formas marinas o del litoral, formas aluviales, colinas y montañas. Las primeras están conformadas por playas del Cuaternario constituidas por depósitos deltaicos y marinos; son marismas sometidas a una acción de colmatación de materiales minerales y orgánicos en diferentes grados de descomposición, frecuentemente atravesadas por canales de mareas —esteros— que desaguan en el río y en el mar y por acantilados o escarpes verticales y subverticales moldeados por la acción de las olas.

Las formas aluviales son superficies de acumulación con influencia aluvial, sobre terrenos planos o depresiones del Cuaternario —500.000 años—. Las principales son orillones, bacines y terrazas, estas últimas de poca extensión, localizadas hacia la desembocadura del río San Juan y en la parte central, entre el río y la costa, a la altura de la población de Cucurrupí; tienen una pendiente del 0 a 7% y una altura relativa de 90 m con respecto a la base.

Las colinas tienen un relieve que va de ondulado a fuertemente ondulado y datan del Terciario —70 a 10 millones de años—. Esta zona se considera como una planicie marina antigua, ligeramente elevada y moldeada posteriormente por agentes erosivos que generaron una sucesión de colinas desde el mar hasta las estribaciones de la cordillera Occidental y cuyo relieve no sobrepasa los 50 msnm.

Las montañas, pertenecen a la unidad cordillerana que se caracteriza por presentar pendientes fuertes y largas, planos inclinados y escaso desarrollo del suelo. Sus materiales de naturaleza metamórfica ígnea, presentan un escurrimiento difuso y concentrado que no se hace evidente por la acción de la cobertura vegetal y de las rocas que actúan como filtro.

CLIMA

Una de las características más sobresalientes del litoral en este sector es su condición climática, de altas temperaturas —25,7 °C promedio—, abundantes lluvias sin contrastes marcados en la distribución a lo largo del año y humedad excesiva y constante, con precipitación promedio anual de 6.918 mm. Los meses de mayor precipitación son mayo, septiembre, octubre y noviembre, con un promedio de 724 mm/mes, mientras que los de menor precipitación son enero, febrero y marzo, con un promedio de 344,7 mm/mes.

La humedad relativa es del 88%, casi constante a lo largo del año, aunque puede llegar con gran facilidad a saturaciones de 100%; la nubosidad presenta niveles hasta de 8/8 en promedio, con radiación y brillo solar bajos.

ÁREA MARÍTIMA Y LITORAL

El área marítima está caracterizada por una fase de pleamar que ocurre en los intervalos de 3 a 5 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde, con un promedio de 3.6 m y una bajamar de 9 a 11 de la mañana y 8 a 10 de la noche con un promedio de 0,5 m. La temperatura del agua varía entre 25,7 °C y 29,8 °C y su comportamiento, desde el punto de vista de la salinidad del agua, coincide con el del resto del Pacífico, donde la salinidad disminuye durante los períodos de alta pluviosidad y sube cuando disminuye el aporte de agua dulce y aumenta la temperatura del agua y de la atmósfera.

La cuenca de bahía Málaga no recibe afluentes pluviales, por lo que la influencia de aguas lluvias se reduce a la que captura su propia cuenca. En su interior alberga un archipiélago y posee un canal profundo que la califica para la navegación de gran calado, característica que hizo posible la instalación de un puerto militar, que debido a la variación hasta de 4,5 m entre mareas, a la elevada inclinación de la plataforma continental y a la intensa actividad sísmica, fue de difícil construcción; se concluyó en 1989.

ÁREA TERRESTRE

La zona que rodea a bahía Málaga, hasta la ensenada del Tigre, presenta acantilados con alturas de 10 a 15 msnm en promedio; la zona rocosa del exterior de la bahía está constituida por una parte plana de unos 15 m de altura, que forma una plataforma marina de abrasión. Los suelos de la bahía presentan una alineación que permite suponer la existencia de una falla inactiva que va desde punta Alta —donde está la base naval de Málaga— a la punta exterior de isla Palma; se derivan de materiales sedimentarios recientes constituidos por arena, grava y cantos rodados provenientes del mar y de tierra firme. Las marismas, conformadas principalmente por lodos, arena y restos vegetales descompuestos, limitan al occidente con playas, bancos y barras, y en la parte oriental con las formaciones de colinas. Estos suelos están cubiertos por bosques de mangle.

La hidrografía de la región se caracteriza por presentar ríos relativamente cortos y caudalosos que, sumados a las quebradas y esteros, forman la red principal de comunicación dentro de la región. Son navegables por canoas, lanchas y barcos de pequeño calado. El río San Juan es el más caudaloso de los tributarios de la vertiente del Pacífico, debido a que la región que atraviesa es una de las más lluviosas del mundo.

VEGETACIÓN

El área de bahía Málaga se encuentra ubicada en la misma zona biológica de Buenaventura; sin embargo, existen ciertas diferencias determinadas por su carácter más pluvial y de influencia premontana. El bosque pluvial premontano en su forma de transición al bosque pluvial tropical, ocupa la mayor parte del área, desde el nivel del mar hasta los 600 msnm, presenta semejanzas notables con el bosque pluvial tropical; la vegetación es exuberante y diversa, con árboles cuya altura promedio es de 30 m y hay gran cantidad de epífitas, bejucos y lianas.

La elevada pluviosidad, conjugada con el relieve abrupto, hace que se presenten suelos con grados extremos de alteración en sus componentes, los cuales inciden en su vocación eminentemente forestal. La cobertura vegetal forma varios estratos con doseles espesos que impiden la entrada directa de los rayos solares a los niveles inferiores, lo cual hace que se mantenga un alto grado de humedad dentro del bosque y en el suelo.

En bahía Málaga, como en Buenaventura, también se encuentran bosques de la llanura fluvio–marina, bosques de manglar, bosques de llanura aluvial y bosque de colinas.

Esta zona ha sido declarada como una de las más diversas del mundo en cuanto a plantas se refiere; se han encontrado 265 especies en 0,1 ha, con individuos cuyo diámetro es mayor de 2,5 cm y 106 especies con diámetro superior a 4 cm.

Estas coberturas poseen un alto grado de especialización y alto índice de diversidad florística. Entre las especies más representativas se encuentran el cedro guino, el sande, los higuerones, la palma mil pesos, el werregue, los yarumos y los palmitos.

FAUNA

La alta precipitación, que supera por varios cientos los 7.000 mm anuales, hace de este lugar uno de los más lluviosos del planeta; este ambiente es ideal para el desarrollo de infinidad de especies animales y vegetales. La selva del Pacífico colombiano contiene la mayor cantidad de endemismos de todo el continente.

Por ser una cuenca prácticamente cerrada a la influencia fluvial, bahía Málaga es un lugar privilegiado para la fauna marina; se han reportado, además de varias especies de corales y octocorales, 8 especies de tiburones, 22 de rayas y 348 de peces óseos. Entre julio y octubre llegan a los alrededores, provenientes de la Antártica, las ballenas jorobadas, que como en Gorgona y Utría, aprovechan las aguas cálidas y tranquilas para aparearse y dar a luz. De vez en cuando se ven cachalotes que utilizan las corrientes marinas de Suramérica, para su migración anual.

A nivel terrestre existe la mayor cantidad de herpetofauna del neotrópico, con 60 especies de ranas, 25 de lagartos y 52 de serpientes. También habitan este medio 12 de mamíferos pertenecientes a tres familias y 15 familias de aves.

POBLACIÓN

Los suelos del Pacífico colombiano son extremadamente pobres en nutrientes, mal drenados, con una fertilidad de mala a moderada y una clara disposición a la erosión, factores que hacen difícil la subsitencia del hombre. Sin embargo, éste ha causado profundas transformaciones al medio, a través del aprovechamiento de minerales preciosos como el oro y el platino o de la extracción de maderas y recursos forestales: caucho, tagua, mangle y palma. La pesca ha sido rudimentaria; más de 8.000 pescadores artesanales afroamericanos realizan diariamente faenas que totalizan más de 15.000 toneladas anuales de peces, camarones, jaibas y bivalvos.

En la actualidad, grupos indígenas de las etnias embera, waunanas y noanamas, organizados en tribus con un patrón de asentamiento seminómada y ribereño, combinan actividades de pesca, caza, recolección y horticultura para su subsistencia; su población, que no supera los 30.000 habitantes, hace parte de la macrofamilia lingüística Karib–Choko, de origen amazónico.

En la región también se asientan grupos negros y mestizos que se catalogan, de acuerdo con el período de llegada a la zona, como nativos o colonos; se consideran nativos los indígenas y negros, no sólo por el tiempo de permanencia en la zona, sino porque conservan sus formas de identidad cultural. Los colonos llegaron atraídos por las expectativas de la construcción de la base militar y de la vía que conecta la bahía con la troncal Cali–Buenaventura.

La característica del poblamiento de los nativos ha seguido un patrón de asentamiento ribereño, lineal y disperso, con una economía natural de subsistencia, con bajo nivel tecnológico y un ciclo productivo basado en la mano de obra familiar y formas de trabajo comunitario como la minga y la mano cambiada, donde el trabajo en la parcela familiar de unos, se paga con el trabajo en la de otros.

La base militar marítima de la Armada Nacional en el Pacífico, localizada en el acceso a la bahía, es el destacamento más avanzado y seguro del territorio nacional, que además ha impedido la deforestación y la transformación total del medio.

 
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