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CAPÍTULO 11

SERRANÍA DEL DARIÉN —
SAN BLAS

 

Conocida también como la serranía del Darién–San Blas, es una «bisagra» geológica que unió el istmo centroamericano con el continente suramericano y permitió los intercambios genéticos de las especies de dos mundos biológicos altamente diferenciados. Es también un corredor de origen volcánico muy antiguo, que a través de sucesivos y largos procesos de formación y evolución geológica permitió el desarrollo, desde el Terciario Inferior, hace 5.2 millones de años, de una barrera que interrumpió el continuum marino —mar de Tethys— con el agregado de pequeñas islas que fueron surgiendo en el sitio conocido como Fosa Atrato–San Juan, por la presión de las placas continentales de Cocos, Nazca, Pacífico, Suramérica y el Caribe, y formó los océanos Pacífico y Atlántico.

La «bisagra» del Darién, aunque aparentemente aislada como estructura montañosa, es el nodo que permitió unir el eje montañoso más largo y complejo de la Tierra: una formación que se despliega en sentido sur–norte de polo a polo y que incluye la cordillera de los Andes desde la Patagonia hasta el nudo del Paramillo y las serranías de Abibe y San Jacinto en el norte de Colombia; la cadena de Talamanca, la cadena montañosa de la Sierra Madre y el complejo de las Rocosas y los montes Mackenzie, hasta Alaska.

RELIEVE

El relieve del Darién se formó aproximadamente al final del Plioceno, pero tuvieron que pasar varios siglos antes de que adquiriera la geomorfología que conocemos. Durante miles de años la porción más austral del istmo centroamericano fue un conjunto de islas que posibilitaron los primeros intercambios genéticos de especies de flora y fauna. Al final del Pleistoceno y comienzos del Holoceno, se dieron en el nivel del mar múltiples variaciones que permitieron la formación de corredores terrestres —extensos aluviones costeros, playas y acantilados irregulares—, que dieron acceso a un intercambio entre dos grandes continentes hoy plenamente unidos, pero interrumpidos por una barrera natural que conocemos con el nombre de Tapón del Darién.

Esta cadena montañosa, emparentada geológicamente con la serranía del Baudó, la serranía de Abibe e incluso con el archipiélago de San Blas, ha sido considerada una de las más agrestes barreras montañosas del mundo, no tanto por su tamaño y exuberancia como por la existencia de cunetas pantanosas y planicies húmedas aluviales.

La serranía de San Blas–Darién es una unidad morfológica que se proyecta sobre el eje costero del mar Caribe, entre Río Diablo en Panamá y el bajo Atrato en Colombia, con elevaciones que no superan los 2.000 msnm. En territorio colombiano, anexo a esta prolongación y paralelo a las poblaciones de Sapzurro, Acandí y Capurganá, aparece el Cerro de Tacarcuna, considerado por muchos expertos como uno de los enclaves más biodiversos del continente, poseedor de una gran cantidad de endemismos.

Las serranías de San Blas–Darién y del Baudó—Los Saltos son complejos volcánicos y sedimentarios con bloques y afloramientos exóticos de diferentes edades, fragmentados por depósitos marinos profundos, que tienen su origen en el Oligoceno y terminan su profusión en el Mioceno Medio, y depósitos más recientes y someros del Plioceno, conocidos como la formación Chucunaque–Atrato, que conforman los valles fluviales e interceptan en sentido longitudinal las dos serranías.

En el otro costado oceánico del istmo, sobre la vertiente del Pacífico, aparecen otras formaciones montañosas consideradas como parte de la serranía del Darién, que no son del mismo origen ni de la misma época de surgimiento a pesar de que guardan una estrecha conexión con ella. Los Altos de Aspavé y Juradó son la prolongación más septentrional de la serranía del Baudó, una cadena montañosa mucho más extensa y ancha que la del Darién y que, por sus características geomorfológicas, parece tener relación con las islas de Gorgona y Gorgonilla.

CLIMA

El clima de la serranía del Darién—San Blas, es específico con respecto al territorio noroccidente de Colombia; tiene una precipitación entre 2.000 y 2.500 mm anuales, con una distribución bimodal que alterna las dos temporadas lluviosas que se presentan desde mediados de abril hasta agosto y desde comienzos de octubre hasta finales de noviembre.

La temperatura tiene una distribución media anual entre 24 y 28 °C y el índice de disponibilidad media del agua en el suelo es bastante alto —exceso de 1.001 a 3.000 mm/año—, debido a la presencia de exuberantes selvas, el fenómeno bruma y los vientos alisios cargados de humedad, que se estrellan sobre sus escarpados flancos en la cuenca del Urabá.

SUELOS

En las últimas décadas se ha discutido la bondad de los suelos de esta región, cuya formación es aparentemente rica y cargada de nutrientes en las estribaciones bajas y los valles aluviales, por los sedimentos que aportan el Atrato y sus tributarios; sin embargo, son en realidad suelos poco evolucionados, superficiales y muy susceptibles a la erosión.

En las partes altas de la serranía San Blas–Darién son característicos los litosoles, suelos rocosos que afloran a pesar de la persistente tendencia de los bosques a formar pequeñas capas de humus por la descomposición de la hojarasca, lo que permite soportar pequeños conjuntos de vegetación herbácea y arbustiva.

VEGETACIÓN

La serranía del Darién—San Blas se caracteriza, desde el punto de vista del paisaje y la vegetación, por poseer una llanura aluvial y terrazas bajas inundadas, que están conformadas por las vegas de los ríos Atrato y León y la parte baja de algunos de sus afluentes. En el piedemonte de las colinas se desarrolla un bosque heterogéneo con algún predominio del cativo, pero con alta participación de otras especies arbóreas que pueden variar de acuerdo con el grado de pendiente y altura sobre el nivel del mar. En las zonas cenagosas y áreas pantanosas, se encuentran vegetación herbácea, bosques de pantano de poca altura, comunidades homogéneas de palmas y bosques naturales con cierto grado de homogeneidad. Las terrazas planas, disectadas o no, tienen suelos más o menos bien drenados, pero sujetos a inundaciones ocasionales.

La cobertura vegetal está impregnada de vida y fortaleza, saturada de verdes difusos que se entremezclan con los habanos y parduscos de los troncos emergentes de algunas especies que pierden temporalmente su follaje en los períodos secos. Sobresalen centenarias bongas y ceibas, emparentadas con los baobab africanos, que dejan ver su multicolor floración.

Llanuras, colinas suaves, valles longitudinales y escarpadas laderas, componen el relieve sobre el cual crecen múltiples especies resultantes del encuentro de dos tipos de evolución. Musáceas, leguminosas, mirtáceas y artocarpelos se explayan conjuntamente con una gran cantidad de especies arborescentes y parásitas, líquenes y helechos que se mezclan con yarumos plateados. En las partes más bajas y pantanosas sobresalen los bijaos, las cañabravas y los panganales, formaciones que mimetizan y esconden el verdadero carácter de barrera infranqueable del Darién.

Entre todas sobresale el catival, conformado por árboles adaptados al desborde permanente de los ríos que, de manera similar a las varzeas o igapos del Amazonas, son ecosistemas vegetales lacustres, adaptados para estar buena parte del año bajo el agua. El catival, conocido por lugareños y científicos como manglar de agua dulce, estuvo antiguamente distribuido por los valles aluviales del río Atrato, el León y los afluentes que vierten sus aguas al golfo de Urabá y hasta hace menos de una década se extendía por más de 400.000 hectáreas, pero hoy está en vías de extinción; cumple una función primordial en el mantenimiento y funcionamiento de los ecosistemas del Darién y constituye, junto con el manglar, el caunajal y los sajales, las comunidades vegetales de tierras bajas más representativas de las formaciones del Pacífico Biogeográfico.

FAUNA

Infinidad de aves, algunos primates y ciertas especies de roedores y reptiles, iniciaron la conquista del gran archipiélago que posteriormente conformó un solo y compacto eje continental, algunos siglos antes que el Darién soldara en forma definitiva el corredor entre el mundo boreal y templado del norte y el continente neotropical de Centro y Suramérica.

De Norteamérica llegaron los felinos, los osos, los ciervos y algunas especies de conejos y roedores. De Suramérica, pasaron por el Darién hacia Centro América y más al norte los chigüiros, los hormigueros, los perezosos, los armadillos y el más persistentes de todos los marsupiales: el fara, zarigüella o tlacuche. Con los viajeros del norte, penetraron por el Darién hacia el resto del continente los alisos, nogales, y robles con simbióticos acompañantes como los pájaros carpinteros y las ardillas, que lograron una muy positiva adaptación a todo lo largo y ancho del relieve andino.

Después de todos los procesos de hibridación, especiación y adaptación, propios de un corredor de intercambio genético, se destacan en esta región la danta, el manatí, el perro de monte, el zorro, el puma o león colorado, el tigrillo, la rata espinosa, el ponche o cacó, el olingo —un pequeño marsupial—, el ratón de monte, el tití o bichichi, el maicero cariblanco, la marimonda, el mico nocturno, el mono rojo o aullador y el aullador negro.

Entre los reptiles se encuentran la tortuga bache o mordelona y las tapaculos, varios lagartos y numerosas serpientes.

El Darién ha sido reseñado como el límite norte para muchas especies animales suramericanas, es el caso de los osos andino y de anteojos que, como dos de las tres especies de dantas con las que cuenta el país y unas cuantas aves de las 500 identificadas en el sector suroccidental de la serranía, no han podido franquear la barrera del Darién.

DISTRITOS BIOGEOGRÁFICOS

La complejidad de las formaciones ecológicas y de paisaje de la serranía del Darién—San Blas está relacionada con su ubicación geográfica, el efecto corredor, su alta disponibilidad de hábitats provistos de un relieve variado y sus condiciones abióticas que propician un pródigo establecimiento de vida silvestre.

De acuerdo con criterios fisionómicos de composición florística y límites de distribución de géneros, especies y subespecies de algunos animales como los tetrapodos, que ejemplifican la caracterización biótica y ecológica, en Colombia se han determinado nueve unidades biológicas de interés científico. La denominada provincia biogeográfica del Chocó–Magdalena, a la que pertenece la serranía Darién–San Blas se subdivide en cuatro distritos.

DISTRITO SAN BLAS – ACANDÍ – TANELA

Comprende el corredor costero de la provincia panameña de San Blas y los valles de los ríos Acandí, Tolo, Tanela, Unguía y Arquía. La vegetación es subhigrofítica con tendencia hacia la higrotropofitia —muy húmeda—. Es un corredor de migración costero generado por la llegada periódica de un gran número de aves marinas, entre las que sobresalen los chorlos y areneros, las gaviotas, las gualas y los gavilanes. La presencia de aves migratorias como las familias de las reinitas y las atrapamoscas, está favorecida, debido a la preferencia que muestra una gran parte de estas aves, por los hábitats que generan los rastrojos en diferentes estados de desarrollo dejados por la intervención humana.

Se han identificado 82 especies de reptiles, 845 de plantas y 101 de peces estuarinos y los que remontan las corrientes de agua dulce, algunos de ellos predominantemente marinos; esta cifra no incluye peces arrecifales ni los de mar abierto. Adicionalmente, se han identificado 177 especies de mamíferos, 328 de aves y 14 de anfibios, esta última cifra muestra un escaso conocimiento, o el resultado de una fuerte intervención en la región.

DISTRITO DEL TACARCUNA

Incluye las laderas de la serranía del Darién— San Blas por encima de los 400 msnm, desde la provincia de San Blas hacia el sur, hasta la cuenca del río Pipirre; la altura máxima se alcanza en los cerros Malí y Tacarcuna. Es considerado como un centro de endemismos.

La vegetación está representada por selvas frecuentemente nubladas en las que existen alrededor de 50 especies endémicas de plantas leñosas. A partir de los 1.300 msnm aparecen los robledales, cuya presencia es muy llamativa; el área de distribución de la especie está restringida a los Andes colombianos y a Panamá. De este distrito se conoce un total de 507 especies de plantas. Se han registrado 130 especies de mamíferos, 247 de aves, 74 de reptiles y 19 de anfibios.

En su fauna se destacan el covatierra, la ardilla enana y varias especies de ratones silvestres como la reinita del Tacarcuna y el frutero del Tacarcuna.

DISTRITO KATÍOS

Incluye las estribaciones de la serranía del Darién—San Blas más cercanas a las riberas del río Atrato. En su jurisdicción se encuentra el Parque Nacional Natural Los Katíos y gran parte de la planicie aluvial de la margen izquierda del río Atrato, que se extiende desde su delta hasta la parte media de los ríos Truandó y Domingodó. El área ha sido una de las más estudiadas, no sólo como consecuencia de la declaración del Parque Nacional, sino por la existencia de considerables extensiones de bosques, que son aprovechados por diversas empresas comerciales.

La composición biótica de esta zona está integrada por 933 especies de plantas, 182 de mamíferos, 428 de aves, 96 de reptiles y 113 de peces.

DISTRITO TURBO – ARBOLETES


Comprende el sector norte del valle del río Apartadó, las estribaciones bajas de la serranía de Abibe, los municipios de Turbo, Necoclí, Arboletes y San Pedro de Urabá; incluye la cuenca del río Mulatos y se extiende hasta la margen derecha del río San Juan. Muestra un alto grado de alteración, pues la mayoría de su área se ha destinado al desarrollo de actividades agropecuarias.

La cobertura vegetal original está representada por selvas subhigrofíticas que se intergradan hacia selvas higrotropofíticas en el noreste. La flórula natural registrada hasta el momento consta de 487 especies de plantas que se encuentran en pequeños bosques ubicados en las partes altas. La fauna tetrápoda está representada por 177 especies de mamíferos, 294 de aves, 61 de reptiles y 87 de peces dulceacuícolas.

La destrucción del hábitat natural y la presión de la caza han ocasionado la extinción local de algunas especies de dantas. En este distrito se destacan las playas marinas de la Punta del Águila, donde anida un alto número de tortugas canal —la más grande del mundo.

EL POBLAMIENTO

La historia del hombre americano es un enigma, particularmente la de los primeros pobladores de nuestro continente desplazándose en hordas cuya movilidad dependía de los alimentos ofrecidos por el medio natural, ante todo de mamíferos y de frutos silvestres. Desde su arribo a Suramérica, hace 25.000 años aproximadamente, hasta el inicio de la conquista en el siglo XVI, Colombia tuvo un panorama cultural variado, pródigo y lleno de mitos y leyendas.

En las estribaciones del Darién colombiano, Alonso de Ojeda estableció en 1509 la primera fundación en Tierra Firme. A pesar de que este villorrio llamado San Sebastián de Urabá fue incendiado y destruido por los indígenas dos años más tarde, esta fundación marcó el inicio del dominio de un mundo que los españoles llamarían Nuevo Mundo.

La desaparición momentánea de aguerridos colonos europeos a manos de indígenas Kuna o Tule, Karib y posiblemente Wuaunana motivó un nuevo emplazamiento mejor fortificado y con mayor número de soldados. Así, Vasco Nuñez de Balboa fundó la famosa población de Santa María la Antigua del Darién en 1511. Desde dicha población se inició la aventura de descubrir el océano Pacífico en 1513, por parte de Balboa y sus hombres, y se comprobó, desde las altas cumbres del Darién, que este continente que después se llamaría América, no era las Indias anunciadas por Colón.

Un par de años después, Balboa y Francisco Pizarro, descubridor del Perú, convencerían a Carlos V de España de las bondades de construir un canal interoceánico que facilitara la conquista española en estas tierras continentales y franqueara el estrecho corredor que se interponía en las rutas de las codiciadas especias de Oriente.

La agitación del descubrimiento de América recorría no sólo las cortes de Europa sino la imaginación de nobles, cortesanos, aventureros y hasta prófugos de la justicia a todo lo largo y ancho del mundo occidental. En los reinos aún no consolidados de Castilla, Aragón y Andalucía, así como en las cortes de los países anglosajones y bávaros se debatía acerca de las riquezas e infinitas posibilidades económicas que traerían el descubrimiento del Nuevo Mundo. Pero quizás el tema que suscitó mayores controversias, fue el de la importancia geopolítica que tendría la apertura de un canal interoceánico, utilizando una vía de interconexión fluvial, al noroccidente del Darién, a través de la vía Truandó–Atrato. Este proyecto motivó la exploración del experto Juan Antonnelli en 1550, quien con Antonio Consciente buscó la ruta más eficaz.

El proyecto fue suspendido y la Corona Española dio orden de sigilo una vez se evaluaron las connotaciones que tendría para España la apertura de una vía que facilitara la expansión de la flota Inglesa. De nada sirvió el retraso del proyecto, ya que un siglo después arribaron colonos escoceses e ingleses a las tierras del Darién para fundar Nueva Caledonia y Nuevo Edimburgo, emplazadas en las estribaciones del Darién, para resistir los embates de los españoles. No obstante el interés anglosajón por establecerse en la serranía y abrir paso a la conquista de un mundo, en marzo de 1700 el gobernador de Cartagena de Indias, Juan de Dios Pimienta los expulsó.

De acuerdo con la descripción de Oviedo, la margen occidental del golfo estaba habitada por los indígenas Cueva y la oriental por los Urabaes, con un territorio que se extendía hasta el Cabo de la Vela. El lugar ancestral de los Embera era el de las cabeceras de los ríos San Juan y Atrato, mientras que los Cuna ocupaban el medio y bajo río Atrato. La presión de los españoles sobre la provincia de Cueva produjo la desaparición del grupo Embera y su territorio fue ocupado desde el siglo XVI por los Cuna. En el siglo XVII, estos aprovecharon la alianza con los piratas para atacar a los grupos localizados en el bajo río Atrato; sus territorios se extendían desde la isla de Gorgona hasta el golfo de Urabá. Entre 1708 y 1740 colonizaron las islas y la desembocadura del río Chagres. Desde entonces, la población Cuna y Embera se ha reducido drásticamente.

En la actualidad, habitan en viviendas palafíticas aisladas, en tambos construidos en los cauces altos de los ríos. Particularmente para la etnia Embera, el río conecta los pueblos y las ideas, y es el marco de su identidad cultural. El río, como un ser transformable, está ampliamente descrito en sus mitos y en sus manifestaciones: amenaza o influye en la vida y las acciones de los humanos.

Desde el siglo XVII, los traficantes de esclavos aparecieron en la región en búsqueda de oro. De acuerdo con los historiadores, entre 1724 y 1728, el 53% de los esclavos que desembarcaron en Cartagena fueron al Chocó, la zona minera más importante. La región no sólo se polarizó entre indígenas y españoles, sino que la población negra fue asumida de manera diversa y los conflictos territoriales se hicieron evidentes. En los primeros años del régimen colonial, los grupos explotados —africanos e indígenas— fueron sometidos a una separación y a un control tan extremo, que las crónicas de la época cuentan de rebeliones indígenas donde los esclavos africanos también eran abatidos por los indígenas, pues eran considerados por éstos como parte integrante del aparato de invasión colonial. Desde mediados del siglo XIX, la deshabitada región del Darién entró en un proceso de presión demográfica por parte de indígenas, negros y mestizos, que determinó una ocupación extensiva de las áreas medias y bajas de los ríos, y una migración progresiva de indígenas hacia las cabeceras más altas.

La resistencia cultural hizo posible que las etnias indígenas de los Cuna, Wanana y Embera sobrevivieran como entidades políticas, territoriales y culturales. Los Cuna están conformados por cerca de treinta mil personas. Los Embera llegan a los cincuenta mil, congregados en cinco grupos dialectales, de los cuales dos están asentados en la parte oriental del bajo Atrato y tres en la occidental.

EL IMPACTO DE LA MANO DEL HOMBRE


La serranía del Darién—San Blas y las zonas aledañas están entre las regiones más biodiversas del país, ubicadas en la provincia biogeográfica del Chocó o en lo que se ha conocido como Chocó Biogeográfico. En la actualidad y a pesar de que los estudios científicos son escasos, puede afirmarse que el Darién guarda por lo menos el 5% de la biodiversidad total mundial; sin embargo, la colonización y explotación no sostenibles la hacen una de las regiones más amenazadas del país.

El peligro se ha intensificado desde mediados del presente siglo, al hacerse más fuerte la aspiración del pueblo antioqueño de tener una salida al mar, meta que logró en 1950 con la llegada del primer vehículo al puerto de Turbo. Desde entonces se han multiplicado los intentos por continuar el trayecto que conecte a Suramérica con el hemisferio Norte a través de la carretera Panamericana; esta idea, concebida desde el siglo pasado, tomó auge en la Tercera Conferencia Panamericana de Vías y Carreteras, celebrada en Washington en 1942, cuando encontró el apoyo del Gobierno del los Estados Unidos.

La oleada migratoria, causada por la violencia de los años 50, generó uno de los procesos de colonización más agresivos para los recursos naturales, y produjo la deforestación y pérdida paulatina del núcleo boscoso y selvático más importante del remate suroeriental del istmo centroamericano, por la utilización del suelo para la ganadería extensiva.

Con la carretera llegaron no sólo los colonos y el ganado sino los grandes empresarios que ante las expectativas de una vía internacional de conexión hemisférica acapararon las tierras y crearon intereses económicos. El debate de la carretera se dio en los congresos y en los foros viales del continente e hicieron curso numerosas resoluciones de los países panamericanos que apoyaron la iniciativa y aportaron presupuestos gubernamentales para la realización de los estudios que convocaron a lo más selecto de los consultores, técnicos y diseñadores de la ingeniería vial en el mundo entero. La propuesta se analizó incluso en las cortes, incluidas las de Estados Unidos, que desde los años setenta debaten las denuncias de grupos ambientalistas férreamente opuestos a la incursión en ecosistemas altamente amenazados.

Durante los últimos veinte años, el Gobierno de Colombia llevó hasta el sitio de Lomas Aisladas, a orillas del río Atrato, una vía con excelentes especificaciones constructivas y dejó su conexión con la frontera panameña a tan sólo treinta kilómetros de distancia.

El territorio por donde pasan las alternativas de la vía, es el medio habitacional de grupos étnicos conformados por comunidades negras, colonos mestizos, chilapos y pueblos indígenas, quienes han conservado sus formas ancestrales de relación con el medio.

ESTRATEGIAS DE CONSERVACIÓN

Desde comienzos de los años setenta se estableció en la región un Parque Nacional que aunque pequeño en su momento, contenía los ecosistemas más representativos de la serranía del Darién y de las zonas bajas inundables del Atrato.

El Parque, situado en el extremo noroccidental del territorio colombiano, en los límites con Panamá, cubre 72.000 hectáreas; limita al noroccidente con la línea fronteriza, al nororiente con el río Peye, al occidente y al norte con el río Atrato, que incluye una porción del Tapón del Darién y las ciénagas de Tumaradó y al sur por el caño Gumercindo y los ríos Perancho y Cacarica. El Parque se subdivide en tres sectores, uno montañoso o de colinas, uno de planicies no inundables y otro de planicies anegadizas o pantanosas. El sector montañoso o de colinas se sitúa al norte y en parte del centro del área y está ocupado por las estribaciones meridionales de la Serranía de Darién—San Blas.

Esta unidad de conservación fue establecida como parte de los acuerdos logrados con el gobierno de los Estados Unidos en 1974, como requisito para dar inicio a los programas de erradicación de la fiebre aftosa, que el Departamento de Agricultura de este país tenía que desarrollar para atender el proyecto de eventual apertura de la frontera colombo–panameña. Quince años más tarde se cumplieron las metas de erradicación y el gobierno norteamericano dio su certificación de cumplimiento; durante este período, las conversaciones sobre la construcción de la carretera se dilataron y la financiación de las dos terceras partes de la obra, que dependían de los recursos económicos que aportara el gobierno americano, cayeron en el más bajo de los niveles de interés por parte de los Estados Unidos y Panamá. Entre tanto, Colombia continuaba agitando el tema a través de las autoridades antioqueñas y de los organismos estatales responsables de la construcción de las vías del país.

El Ministerio del Medio Ambiente se constituyó en el interlocutor para atender el clamor de los daños ambientales que podrían generarse con un proyecto vial que no los consideraba y, en particular, para defender el Parque Nacional Natural que pretendía ser atravesado por la Carretera Panamericana. En 1994 se estableció el Área de Manejo Especial Darién–Katíos y se definieron los procedimientos para establecer a lo largo de toda la frontera con Panamá y en una extensión superior a las 800.000 hectáreas, un trabajo de ordenamiento territorial ambiental de tipo participativo. Por su parte, el Instituto Nacional de Vías adelantó el Diagnóstico Ambiental de Alternativas.

El Parque Nacional Natural Katíos fue reconocido en 1994 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad; con ello se complementaba una estrategia de reconocimiento mundial otorgada al gobierno panameño para su Parque Nacional Darién, de 600.000 hectáreas y los territorios indígenas de las comarcas Kuna-Yala y San Blas, unas 100.000 hectáreas adicionales.

En 1995, la Unidad de Parques Nacionales inició los estudios para el establecimiento de varias áreas protegidas que podrán incorporar en el futuro las reservas de Aspeve, Tacarcuna, Playas de Acandí y el Cordón Montañoso de Titumate, además de la ampliación del Parque Nacional Natural Katíos en 70.000 hectáreas adicionales, sobre las ciénagas de Tumaradó y Peracho.

 
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