Cuando decidimos emprender el estudio de los raudales y las caídas de agua de Colombia, aún no habíamos alcanzado a percibir la belleza y variedad de ambientes y formas que se presentarían ante nuestros ojos, como tampoco vislumbrábamos la potencia del agua, que al conjugarse con la gravedad, puede moldear la dureza de las rocas o cambiar el curso de los ríos. Al iniciar la investigación, fuimos encontrando diversas formas de vida que están relacionadas con el agua y que han tenido la capacidad de adaptarse a las condiciones extremas y cambiantes de las grandes cascadas: los peces especializados en sortearlas para completar su ciclo de vida, algunos predadores que aprovechan estos lugares de difícil tránsito para capturarlos y las diversas especies de algas, musgos y plantas que adosadas a las rocas o al lado del agua le dan al paisaje una belleza sin par.
Sin embargo, lo que más nos sorprendió fue la abrumadora cantidad de estas manifestaciones del agua que se encuentran en todas las regiones, montañosas o llanas; prácticamente en cada rincón de nuestra geografía hay una cascada, porque en la mayoría de los ríos y quebradas que atraviesan el país se observa una caída de agua, un salto, o un maravilloso raudal que los lugareños admiran y respetan; se enorgullecen de su belleza y de las leyendas que explican su origen y que hablan de los seres sobrenaturales que las habitan. Es por esto que junto con el autor del texto, Juan Manuel Díaz Merlano y el fotógrafo, Francisco Forero Bonell, decidimos que así como en esta obra aparecerían algunos de los más conocidos y destacados, también registraríamos muchos que son desconocidos o están en zonas apartadas y que nos impactaron por su belleza y por lo deslumbrante y exótico de los lugares donde se encuentran; como no pretendimos hacer un inventario exhaustivo, es posible que no aparezcan en este libro muchos de los que seguramente merecerían alguna mención destacada.
Amigo lector, con “Saltos, cascadas y raudales de Colombia”, queremos mostrarle la belleza e importancia de las diversas expresiones del flujo de las corrientes, el proceso de creación y destrucción de las caídas de agua y el continuo acomodo de las fuerzas de la naturaleza en la búsqueda constante de lograr y mantener un perfecto equilibrio.
Estamos seguros de que al conocerlas y admirarlas, comprenderemos la importancia de participar activamente en el propósito universal de conservar el más preciado recurso que nos ha dado nuestro planeta azul: el agua es nuestro tesoro vital e invaluable y por ser limitado, tenemos la obligación de utilizarlo racionalmente para garantizar así la supervivencia de los seres que habitamos este planeta y la de quienes vendrán después de nosotros.
Los editores